Una flecha/Preguntas

Entrevista con Ariana Harwicz

Escritora, dramaturga y guionista, Ariana Harwicz es dueña de una prosa salvaje con la que atrae y sella sus historias. Belleza bestial, no sólo en lo que cuenta sino en cómo cuenta las profundidades del amor y del horror potencial presentes en toda relación humana.
 
¿Qué hay de tu propia maternidad en tus novelas? Cómo fue el proceso de escritura de cada una? Pensás que son madres no convencionales? 
De mi propia maternidad hay todo en la medida en que la vida avasalla la escritura, al menos la mía. Hay un comercio, un tráfico legal e ilegal entre la vida y la escritura que por momentos no se distingue entre una y otra. La maternidad es el fascismo de la convención, en ese sentido es una gran inspiración para escribir, porque escribir es ir contra la norma, contra lo dado, contra la convención.  
 
¿Recomendaciones de lecturas para madres?
No tengo, pero debería ser leer todo lo que vaya en sentido opuesto a la normativización de una vida, todo lo que nos vuelva más libres, lo que nos haga pensar.
 
¿En qué estás trabajando ahora? 
En una defensa de un hombre acusado de un crimen del cual no se siente responsable. Es el mundo contra él. Y él contra el mundo.
 
Fragmento de Matate, amor
“(…)  Que atienda por favor, que atienda. Hola, escuchá, amor, tenés que venir ahora, no me entendés, no me estás queriendo entender, no aguanto hasta la noche, y le cuelgo porque se hace el que no entiende; al menos que se asuste y venga. Y nos quedamos dando vueltas enredados en el cable por si llama y me lo llevo a la puerta a ver si pasa alguien a quien se lo pueda dar. Pero no hay vecinos como los que necesito. Hay bastardos. ¿Y si le toco la puerta la anciana que vive con las ventanas cercadas y sus tortugas agresivas? Seguro podría distraerla, sería como tener televisión, como ir al cine. Nadie pasa, nadie lo quiere, nadie se mueve, aire quieto endemoniado. Lo dejo tirado a mis pies. Se retuerce, se estira, me grita, se saca el pañal y me desabotona los zapatos, se come la tira de cuero. Yo lo miro como un cangrejo mira a un niño. Un auto de carreras pasa con una familia. Tienen las caras fuera de las ventanillas. Es de noche y sigo apoyada en  la tranquera, me veo embarazada, cuando creía que llevaba adentro una gárgola. Me veo pariendo, expulsando. Nos pican, tengo que entrar y encender el hogar, levantar el almuerzo colmado de hormigas rojas cargando comida para el invierno. El padre ni se mosqueó. Me lo cargo en la espalda y lo entro sudado y hambriento, las uñas filosas. Tengo que hacerle fideos o sopa, ir a sacar alguna verdura a la huerta del vecino pero me da fiaca. Ser madre es tan poco excitante. Me muero de ganas. Se me hace una bola adentro. Lo dejo caer, cruzo las piernas. Corro y me encierro. Llora como los asiáticos en los velorios rasgándose las vestiduras. No aguanto y le abro, pienso en qué asqueroso es todo esto.”
 
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Ariana Harwicz/ Nací en Buenos Aires en 1977 y vivo entre el campo y París, en Francia desde el año 2007. Publiqué mi primera novela Matate, amor en 2012, en España (Lengua de Trapo), en Argentina (Paradiso) y la re-edición con Mardulce (2017) y Animal de Invierno (Perú) fue traducida al hebreo (Zikit Books, 2014), y al inglés (Charco Pess). Tan intertextual que te desmayas en colaboración con Sol Pérez, (Contrabando, 2013)  La débil mental (Mardulce, 2014, Animal de invierno, 2016), también traducida al inglés (Charco Press, 2017) y Precoz (Mardulce, 2015) y en España (Rata, 2016). Matate, amor se estrenó con éxito en teatro en Israel y se estrena en Argentina en marzo 2018 dirigida por Marilú Marini y protagonizada por la actriz Erica Rivas.
Foto/ Alejandro Meter.