Magia/Poesía

etnaverso

Ésta de aquí
Estuvo durante todo el parto
Vio nacer a su hermano

Vio mis risas
Y mis lamentos.

Mis gruñidos y mis cánticos.

Mis suspiros largos.

Vio mi viaje
De ida
Y vuelta.

Me vio desgarrar en mil millones
Y rugir.
Me escuchó gritar
En la alegría más inmensa,
El gozo más extremo,
Y éxtasis más profundo
«Está perfecto!»
Y repetirlo un sinfín de veces
Mientras yo me crucé por primera vez con la mirada infinita de
Kai Mana

Diría que lo primero que vi fueron sus ojos
Abiertos.
De otro planeta.

Y me llegó de pleno
Su perfección.

Ese momento duró justamente
La eternidad de un instante de pura gloria.

Y mi hija estuvo presente.
Tan presente como yo lo estaba.
Cada una en su presente.
Desde su vivencia.

Ahí estaba ella en la foto.
Sé que después de esa foto se puso una manta azul. La vi pasar con la manta arrastrándola como una reina maga de oriente que venía a darme regalos de presencia

Por eso quizá «presente» sea un regalo y no una exigencia en el modo de estar.

La oí decir
«Estoy temblando».

Y parece ser que, después, estuvo aún temblando un buen rato. Entre mujeres la dejaron temblar.
Entre mujeres no intentaron salvarla de la experiencia que ella también estaba teniendo.
Entre mujeres. Sabias.
La dejaron sentir y expresar.
Le permitimos, todas, estar a su modo, pues cada una estaba enfrascada en su rol.

Todo era igual de perfecto que Kaimanita

Nada faltaba.
Nada sobraba.

Todo se daba como se da la vida. Implacable.
Equilibrada.

Y con equilibrio no me refiero a estas bobadas
De no rugir cual tierra explotando.

Me refiero al equilibrio que maneja la vida.
Sí, eso inteligente en lo que todo el rato tratamos de interferir pensando que algo está mal.

Sí.
Algo puede pasar.
De hecho, muchas cosas van a pasar y te van a pasar mientras vivas.

Nacer (y vivir) no es un acto neutro ni zen.
No es impoluto ni higiénico.
Sino que está lleno de movimiento y de flujo.
De sangre y de pletoricidad.

Mi madre estuvo presente también.
Presente en su vivencia.
Fuera de la habitación.
En mi casa.
Con mis otros hijos.
Los cuales se movieron a sus anchas. En su casa.
Mientras yo iba y venía hasta que no fui más.

Y su hermano
Emergió a este mundo.

>>>

Etna Yel Mar etnaverso.es