Estoy bastante preparada pero me gustaría estar lista

Por Paula Bisiau*

Estoy bastante preparada aunque temo olvidarme de todo.
Practico las tres respiraciones de hypnobirthing y me pregunto si realmente serán útiles.
Siento a mi bebé moverse en mi panza y me encanta.
Inhalar en 4 y exhalar en 8 para relajarme.
Inhalar en 20 y exhalar en 20 para generar espacio en el útero.
Respirar en forma de J para ayudar a la beba a salir.
El Dr. Paul Tseng, el que es pro doulas, va a estar de vacaciones entre el 24 y el 31 de octubre.
La fecha prevista de nacimiento es 8 de noviembre. Lo reemplazaría el Dr T.C Chang, tengo turno el lunes. Por si acaso.
Me pasaron mucha ropa para la nena. Es toda rosa. Conozco muchas niñas llamadas Rosa, Rose en francés y Rusha en polaco… Descartado.
Estoy en un zoom con una coach en lactancia aunque no sé si voy a gustar de la dependencia que implica amamantar.
¿Por qué las personas que vivieron partos horribles quieren volver a tener hijos?
Me siento grande y a la vez me siento más joven y vital que nunca.
Tengo una doula pero es aprendiz.
Aún no anulé la próxima cita con la Dra. Chee, la que gusta de la epidural y es amiga del bisturí.
En hypnobirthing, no se habla de pujar, ni de contracciones. Se aprende a respirar y a surfear las olas. Tampoco se habla de dolor, sino de presión.
El lenguaje genera realidad, aprendí hace un tiempo en coaching ontológico.
Creo que está y va a estar todo bien, pero quizás, si no me preocupo, se acaba la magia.
Aprendo en Singapur la técnica de partería tradicional mesoamericana del rebozo. Es para movilizar la pelvis y aliviar el dolor. Perdón, la presión.
Pienso que también sirve para darle un rol al padre durante el trabajo de parto.
Tengo un ser vivo en mi cuerpo y cuando se mueve el mundo empieza y termina en mí.
Pasaron 10 días del curso y aún no practicamos nada. Nos vamos a olvidar de todo.
Quiero conocer a la beba y, a la vez, me da miedo.
¿Cómo hicieron todas las mujeres que tienen menos tiempo libre que yo para prepararse?
La médica argentina especializada en medicina china, alimentación y fertilidad, me suspendió el zoom pactado hace meses. Siento que me está descuidando. Mi marido dice que como muy sano, que tranquila.
Compré unas rodilleras en Decatlón porque hay muchas posturas del parto que son en cuclillas y a mí me duele cuando me arrodillo.
Escucho la clase de Ana Catania y dice que la rodilla simboliza el pasado, aquello que una no puede dejar ir, lo que una no puede articular.
Sé tanto del cuerpo embarazado y del parto que me da tranquilidad y pánico a la vez.
Anhelo el momento de poder tomar una copa de vino blanco y fumar un pucho. Ya extraño el embarazo.
Pienso en los momentos en los que uno se arrodilla en una misa. Si recuerdo bien se trata de introspección (pasado), de arrepentimiento (pecado) y de hacer un pedido (futuro). Las rodillas son eternas.
¿Qué complejo tendrán los médicos convencionales para ningunear a la medicina alternativa?
Los humanos necesitamos compartir nuestras vivencias macabras. Cuanto más sufridas sean, mejor. Tuve que hacer una hipnosis guiada con mi profe para sacarme lo macabro del cuerpo.
Vi muchos videos de partos humanizados. La luz es tenue, las mujeres por momentos sonríen, por momentos están concentradas y en trance, se agachan, se acuestan, se levantan. Las veo seguras e instintivas.
Me pongo crema todas las noches para evitar nuevas estrías. Nunca fui tan aplicada con el tema cremas pero estoy siendo buena alumna esta vez.
Hablemos de tener dos corazones latiendo adentro tuyo.
Salí del curso Love based Birth con entusiasmo, valentía y ganas de cambiar de obstetra.
Unos días después volvieron las incertidumbres. ¿Y si no puedo?
El útero es el único órgano que crece un 500% en un ser adulto. Es el órgano más fuerte, flexible y elástico. Está compuesto por músculos longitudinales, transversales y en forma de espiral que durante el trabajo de parto se contraen y ayudan al bebé a rotar y a encontrar la salida.
Aprendí a estornudar poniendo un pie delante del otro para evitar hacerme pis.
Intento el mantra, “confío en la sabiduría de mi cuerpo y en la experiencia de las mujeres que
vinieron antes”.
Tengo pendiente preguntar cuál es la hormona que durante el embarazo produce bienestar y felicidad. Es una droga dura.
El cuerpo de la mujer embarazada es comentado con adjetivos de todo tipo por amigos, conocidos y desconocidos.
Ahora empecé con otra crema para preparar los pezones, es más espesa y me hizo acordar a la crema de ordeñe que se vende en las farmacias de Argentina.
¿Por qué durante todos estos años pensé que estar embarazada sería un incordio?
Leí el libro Del miedo al amor: tu guía para un nacimiento mágico y sin temores, de Red Miller.
Se siente como una bola que se va hinchando semana a semana en la panza. Se puede medir con una cinta métrica de costura, entre el monte de venus y el esternón. En la semana 30 esta distancia es de 30 cm.
La osteópata me dijo que tengo muy buena postura, que voy a andar bárbara. Después me tocó la espalda y dijo que estaba muy tensa. Que siguiera con yoga, que me diera un baño con sales epsom, solo uno, con agua tibia, y que tomara un poco de magnesio, para flexibilizar músculos y ligamentos.
Parir es natural y animal.
Aquí mis tres tips para un embarazo ameno:
1- Tomar probióticos. Ya lo dijo el cantante francés Stromae en una entrevista en Le Quotidien: «Tener un gran día depende de cosas mínimas como hacer caca tan perfectamente que sólo
tengas que usar dos hojas de papel higiénico para limpiarte”. Placer de los placeres.
2- Caminar. Genera endorfinas, ayuda con los calambres y contribuye con el punto 1.
3- Medias de contención livianas hasta las rodillas. De nuevo las rodillas. Las Venoflux Fast Lin me salvaron.
Voy a sacar turno para ir a hacerme los claritos y ponerme esmalte en las uñas veintiocho días
después del parto. No doy más.
Limpio todas las verduras, frutas y legumbres con un producto natural made in Singapur que supuestamente saca los pesticidas. Se llama Agapē. En la página explican que el término refiere a una palabra bíblica para definir la forma más elevada de amor. Me parece que se les fue la mano… Así y todo, mantuve la disciplina durante las vacaciones en Francia para evitar la tan temida toxoplasmosis.
Esta semana olvidé tomar caldo de hueso.
El test de diabetes gestacional me dio negativo a pesar de tener más de cuarenta y haber
bebido setenta y cinco mililitros del producto más azucarado, artificial y desagradable ever. No me quedarán óvulos pero mi páncreas anda diez puntos.
Me sangran las encías cuando me cepillo los dientes y hay días que me sangra la nariz. Casi
siempre del lado derecho. Aparentemente se debe al aumento del flujo sanguíneo en todo el cuerpo.
Las caminatas matinales al aire libre son mi mejor plan.
Según la medicina tradicional china, TCM, son veintiocho días de confinamiento post parto para
que la mujer recupere toda la energía (el qi) perdida durante el embarazo y el parto. No se sale
de casa, no se reciben visitas y tampoco debería ducharse. Esto último tengo que averiguar los motivos porque no me queda claro.
La matrescencia es un proceso, como la adolescencia, es una transición. Un devenir.
Recuerdo que yo también hice un comentario sobre la panza de una embarazada de cinco meses. Le dije “qué chiquita tu panza, ni se te nota de atrás”. Ella no me contestó y siguió sirviendo café.
Cariño, ya me divierto contigo. Tu loca vitalidad me da cosquillas.
Supuestamente todavía estás “mal posicionada” para el parto vaginal: la cabeza arriba y la mirada al frente.
El corazón bombea entre un treinta y un cincuenta por ciento más de sangre por minuto y la frecuencia cardíaca de la gestante es más alta durante los diez meses de embarazo.
¿Mal posicionada?… Yo pienso que ya estás mirando el mundo a través de mi panza con ganas de aprenderlo todo.
Mejor hagamos una cesárea programada y listo.

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Paula Bisiau/ Estudió filosofía y tiene un master en economía urbana. Trabajó en producción audiovisual y en gestión pública. Se especializó en urbanismo y movilidad sustentable. Por esas cosas de la vida, se mudó hace 3 años a una isla en la otra punta del mundo, Singapur. Realiza talleres de lectura y escritura con Ana Catania. Actualmente está embarazada de 8 meses y está aprendiendo del cuerpo embarazado.
Este texto surgió de un ejercicio de escritura inspirado en el texto de Lydia Davis «Estoy
bastante cómoda pero podría estar más cómoda».