por Camila Patafio*
Hoy dijimos Adiós, Teta
y Gracias, Teta.
Hoy, después de 23 meses exactos;
de lo más increíble que experimenté
como ser humana~mamífera.
El orden de las cosas
es Sagrado y es Perfecto.
Hace una semana que Elo ya no quiere mas teta de día.
“Nononono, teta meme agua”.
Yo me imaginaba dándole hasta los 4 años,
si voy a ser sincera.
Entonces por la noche, estos días,
entre sueños,
aproveché y disfruté cada teta dormidita que tuvimos,
sabiendo que podía ser la última.
Pero por motivos médicos y del Universo,
con sangre mi cuerpo dijo, hasta aquí.
Y así fue;
con la sincronicidad de justas
veinticuatro horas después
de mi primer rito del útero.
Hoy le dijimos adiós y
gracias, gracias, gracias.
Por ser alimento incondicional,
por ser consuelo, apego y calma.
Por estar disponible 24/7.
Por su entrega.
Uno de los duelos más difíciles que viví.
Y que nunca imaginé atravesar como tal.
Pero ser mamá es así.
Nada es normal, ni predecible,
ni como lo esperabas.
Qué viaje.
Qué maestría.
Tetita, te adoramos
entre el fuego, la leche,
la tierra y el viento.
Y con el dibujito que marcó el comienzo,
a mediados de enero,
cuando con Elo hicimos un pacto
para primero despedirte por la noche.
Te amo, Tetita.
Por siempre en mis recuerdos,
esas miradas que cruzamos.
Te amo, Tetita.
Hasta siempre.