Nostalgia del futuro

el destino está marcado en las formas de las nubes

Por Marina Gersberg*

A principio de los 80 las mujeres embarazadas fumaban, las madres fumaban, las madres tenían un ratito para ellas, para inhalar y exhalar sin parar. Fumaban adentro de las casas, en bares, hasta en los viajes largos en avión. Mi mamá era de esas, una señora con las uñas largas pintadas de rojo brillante que antes de apagar un cigarrillo prendía otro. Recuerdo las cenizas consumiéndose en los ceniceros transparentes de cristal. El reflejo de las mil caras.

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Mi abuelo paterno siempre se quejaba y les decía a mis papás que yo era una nube de humo con mucho olor a cigarrillo en el pelo, en la ropa. Una nube esponjosa con olor a tabaco.

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Ahora fumo a escondidas, fumo sola cuando tengo unos minutos para mí, no medito, no leo ningún libro ni me pongo cremas, voy a una terracita flotadora, lo más alejada de todo lo posible y prendo un cigarrito de incayuyo y lavanda que consigo carísimos en la dietética del pueblo en el que estoy viviendo hace 7 meses. Vinimos sin saber que nos íbamos a quedar, vinimos por 10 días y ni la compu había traído. Vine para no volver, casi con lo puesto y con todo el miedo del mundo. Llegamos de día y nos recibieron los ruidos del monte y el viento, ahora después de tantos meses ya casi reconozco algunos árboles, yuyos y plantas: aguaribay, llantén, cedrón. Escucho pájaros de plumas brillantes, veo zorros y liebres gigantes pasar por el jardín.

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Quiero envejecer en la montaña, lo sé desde hace muchísimo tiempo, desde que fuimos a visitar a una prima de mi mamá que vivía en Bariloche. Yo tenía 8 y todo ahí me parecía increíble, el hogar a leña, los libros apilados, las sopas espesas y los pulóveres de lana. La prima hacia una radio desde la casa y tenía un hijo que se llamaba Teo. Después por mucho tiempo me olvidé de todo y fui una chica de ciudad pero ahora caminando por las sierras le pregunto a los espíritus quién soy.

 

 

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Marina Gersberg. Nací en Buenos Aires en 1978. Desde el año 2009 dirijo la editorial independiente y autogestionada Pánico el pánico y desde el año 2017 junto con Noe Vera la revista digital de mater/paternidades y arte www.elcielodelmes.com.ar Publiqué los libros de poesía: ¨Bajar de un hondazo¨ (2009), ¨Un pedazo de atmósfera¨ (2011) , ¨La profundidad de los ataques¨ (2015) y ¨El monopolio de la sensibilidad¨, (2019). Junto al colectivo Máquina de lavar el libro ¨La pija de Hegel¨ (2014).