Magia/Poesía

Gabriela Larralde

Lo que el agua promete
Apenas pasábamos la puerta, había libertad. Podíamos caminar, incluso correr, sueltos entre el sonido de bloques encastrándose unos contra otros, bolas de fuego lanzadas al aire, un plomero golpeando con su cabeza un bloque de ladrillos para obtener una estrella. Mi hermano corría a formarse detrás de los que esperaban para jugar al Wonder boy, a veces, al Street Fighter. A mí, en cambio, me gustaba otra maquinita. La del fondo. Donde nunca había chicos. No podes jugar con esa. Me quedaba ratos largos viendo cómo caían las monedas en esos escalones movedizos de espejos. La Cascada mágica tenía cuatro rendijas en la parte superior por donde meter monedas de distintos tamaños. Unas iban empujando a otras hasta que con mucha paciencia o suerte, nunca supe, los escalones hacían que tu moneda empujara otras monedas y un puñado importante podía caer. Era imposible saber qué moneda se iba a mover. Y cuando pensabas que sabías, la cascada te traicionaba y el sector que se movía era otro. Algo así pasó cuando quedé embarazada. La moneda que tenía en la mano era vida; lo primero que trajo en mi escritura fue muerte.
Habían pasado tres años, era un duelo cerrado, pero cuando quedé embarazada de Astor empecé a escribir poemas acerca del día en que murió mi abuela Tota. Retomé los que había descartado, escribí nuevos. Vi fotos nuestras, recordé conversaciones enteras, la visité en el cementerio. Le hablé. Ante la mirada de otros era raro que estuviera escribiendo un libro sobre la muerte justo en ese momento. Lo presenté en diciembre de 2016 con una panza de ocho meses.
Como una moneda de la Cascada Mágica lo que Astor movió en mi escritura, en mí, porque es imposible disociar eso, fue la integración de la vida y de la muerte. Algo trillado que alguna vez escuché decir es que algunos se tienen que ir para que otros lleguen, lo que en verdad sentí fue que se caía esa división tan tajante entre vida y muerte, pasado y presente, tristeza y alegría. A cambio quedé frente un todo, amalgamado, una mezcla donde los grandes temas se equilibran distinto.
El libro fue publicado por Huesos de Jibia. La primera parte de “Lo que el agua promete” son poemas que empiezan en el velorio de mi abuela. La segunda parte se vinculó naturalmente con el embarazo. En cada una escribí dos poemas que empiezan igual. Hoy los releo, juntos, para compartirlos acá y pienso que en realidad es un mismo poema y que es un poema que a partir de ahora voy a escribir toda la vida.

Primera parte
La vida bajo las olas
está llena de burbujas
de algas teatrales
que acercan sombras frías,
pero la luz persiste al nado
y a la inercia del cuerpo
que conduce la corriente
a tus pies de cedro.

Segunda parte
La vida bajo las olas
está llena de burbujas
erupciones volcánicas
que en general se disipan
pero un fuego supera al agua
partícula encendida.
Todo es adentro
y hacia el mundo ahora.
Anoto: Lo propio
debe ser ajeno.

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Poemas/ Gabriela Larralde nació en Buenos Aires, en 1985. Publicó el libro de cuentos Soluciones Quirúrgicas (2015, Zona Borde); Los Mundos Posibles, una investigación acerca de la Literatura LGBTTTI para niños y niñas, (2014, Blatt & Ríos); y los libros de poemas Todo lo que el agua promete (2016, Huesos de Jibia) y Las cosas que pasaron (2013, Huesos de Jibia) publicados en Argentina y España. Es profesora de la carrera Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y dicta seminarios sobre el cruce entre literatura, géneros y sexualidades en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). En 2016 obtuvo la Beca Bicentenario a la creación del Ministerio de Cultura de la Nación por su ciclo de poesía y música Rumiar Buenos Aires. Sus libros de pueden leer en: https://gabrielalarralde.com.ar/

Ilustración/ Maite Ortiz trabaja como ilustradora de manera independiente. Actualmente vive en una residencia de artistas al norte de Alemania en la ciudad de Hamburgo. Se declara como entusiasta de la acuarela. Parte de su trabajo se puede ver en https://www.instagram.com/maite.oz/ o maiteoz.com