Magia/Poesía

Mariana Gut

Las cosas importantes

ALTAR
Busco algo
que me devuelva la fe.
Junto:
una vela blanca,
otra rosa,
una amatista
que me regaló alguien
a quien quise mucho,
una turmalina
que compré una vez,
un alhajero muy chiquito
que era de la abuela,
dos toros que compré en Perú
que puestos
frente a frente
atraen el amor.
Ahora, cada cosa
es una ofrenda.
Pongo todo en el  rincón
donde está tu foto.
La abuela me hacía darle un beso
cada noche, antes de dormir,
“decile hasta mañana”
repetía.
Supongo que fue
su forma
de mantenerte con vida.
Estas sentada,
para siempre,
con las piernas cruzadas
en una sillita,
al lado de tu biblioteca
que es escritorio.
Se ven
tus libros,
y una foto de papá
apoyada.
Sonreís.
Esta casa
tiene memoria, mamá
estoy segura
que también
se acuerda de vos.


MODESTA

I
¿Cuánto la extrañaste?
¿Qué habrás pensado
la primera vez que me viste
y ella ya no estaba?, abuela.
¿Qué se busca
cuando se mira
con ojos de amor?
¿Hubieras querido
que tenga su mirada,
sus gestos,
sus manos,
su voz?

Me cuidaste
como si fuera un tesoro,
ese que encontraste
de repente,
y con el que no supiste
qué hacer.

¿Puede una nueva vida
compensar una muerte?
De alguna manera
yo te cuidé a vos.
Quería que la sientas cerca,
quise que esté acá,
con nosotras,
devolverte algo.

¿En qué cree la gente
que pierde
lo irremplazable?
¿Y vos, en qué creíste?


II
Parecías tan frágil,
a veces,
con tus brazos
y tus piernas flacas.

Los huesos filosos
dándole forma a tu cara
puntiaguda,
sosteniendo tu carne,
y el peso
de la ausencia,
que cargaste
tanto tiempo.

Algo hizo
que quieras aferrarte a la vida.
¿Qué ojos tiene la muerte?
¿Los viste?
Siento que no hice
las preguntas correctas.
a tiempo
y estoy
construyendo un recuerdo.
¿Cómo se hace?

III
A veces sueño, abuela.
En el sueño
hay imágenes:
la foto,
el beso,
la despedida.
La escucho hablar
le invento un tono de voz.
¿Podré ser como ella
alguna vez?
Me pregunto, abuela


LO QUE SE TIENE
¿Cómo es
darle un nombre a las cosas?
Que se hagan reales,
parte de este mundo.
Decir, por ejemplo,
¡floreció el jazmín!
es una forma
de empezar a contar
el tiempo que le queda,
a esa flor dulce,
única,
es admirar la belleza.
Es también
nombrar su muerte.
Saber que el sol
sigue intentando darle vida
sin aceptar
el ritual del abandono:
sus pétalos se desprenderán
perderá el color
se hará la entrega al aire.
Yo nunca te dije mamá.


MATERNAR
Mi amiga llora,
es madre y llora.
Le tiene miedo a la muerte,
dice
y yo no sé
qué se hace
frente a tanta incertidumbre.
¿Tuviste miedo vos, mamá?
¿Por qué nos da miedo
lo que desconocemos?


ARCOIRIS

Vivimos en el mundo y recordamos el mundo,
y un día ninguna de esas dos cosas sucederá nunca más.
Peter Orner

I
Estoy del otro lado del océano,
son dos los arcoíris
que, como acuarelas recién pintadas,
le dan color al cielo.
Voy de un pueblo a otro
recorro rutas infinitas,
y entre montañas
descubro lugares.
Cruzando un túnel,
empieza a llover.
Una llovizna muy fina
que sólo
humedece mi pelo.
La luz del sol
atraviesa las nubes,
las llena de vida.
El cielo muta
se vuelve gris y diáfano
muestra
algo nuevo,
me está dando un mensaje
que tengo que descifrar.

II
En las montañas,
en  el camino
que bordea los pueblos
hay vacas
son marrones,
son hermosas.
Aparecen
entre los árboles.
Sus cuerpos enormes
cortan el verde
cautivador y monótono
de los bosques.
Están pastando,
van a su ritmo.
Nadie ni nada
las apura.
Caminan
por los acantilados,
soportando su peso.
Se sostienen
con sus cuatro patas
sobre el suelo
rocoso.
Un vecino me contó
que cada tanto
alguna cae,
se despeña
y hay que sacrificarla.

III
Llego al pueblo
de Villaverde.
Está en la cima
de una montaña,
como tocando el cielo.
Hay tres casas,
en una de ellas
nació mi abuela.
Hay tres casas,
una iglesia vacía
y muchas vacas.

IV
Entro a la casa
donde mi abuelo
nació y creció
me esperan con un bizcochuelo
alto y esponjoso
que hizo la dueña del lugar.
No conozco a nadie,
ellos sí me conocen a mí.
Arriba de la mesa,
en una cocina
donde el ambiente
se calienta
con el fuego de la leña,
hay fotos.
Están mi papá y mi mamá
muy jóvenes,
en su primer viaje por Europa,
hay fotos mías de bebé
estoy en brazos de mis abuelos,
me sostienen con fuerza,
en otra,
estoy con el vestido de mis quince años
ese que hoy
seguro
no me pondría.
También hay cartas.
Reconozco
la letra de mi papá,
la letra de mi abuela Modesta.
Les agradezco en silencio.Una parte de mí
se siente en casa.
Vuelvo al inicio.
Reconstruyo mi historia.
Me encuentro con vos, mamá.
Todo está bien.

 

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Ella / @gutmariana nací en invierno un Día del padre. Soy Lic. en Psicología (UBA) y anduve curioseando sobre escritura en la Maestría de Escritura Creativa que dicta la UNTREF.
Gusto mucho de la luna 🌝, del mar 🌊 y de los días fríos con sol🌞.
Escribí Todo el tiempo que estuvimos muertos (2019), que editó @rangun_editorial
foto/ Alan Boile