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Ana Álvarez-Errecalde

Soy Ana Álvarez-Errecalde. Soy madre de dos hijos y una hija; y como artista visual trabajo principalmente con la fotografía.

Desde hace 20 años cuando me convertí en madre, profundizo -también en mi obra artística- en distintos aspectos de lo que implica la maternidad. En el 2005, durante el parto libre y gozoso de mi segunda hija, realicé un autorretrato que tuvo una repercusión internacional inimaginable y ayudó a visibilizar otro tipo de nacimiento. Junto a la Asociación El Parto es Nuestro, hace ya 11 años, denuncié la violencia obstétrica, retratando la cicatriz física y emocional que deja la cesárea. Critico la hipocresía y la censura a la lactancia a través del proyecto COVER UP. También reflexiono sobre mis propias experiencias en relación a la crianza en distintas etapas de la vida, la vivencia de una muerte gestacional tardía y los cuidados en dependencia asociados a la discapacidad física y mental de mi hijo mayor, en la serie “Las Cuatro Estaciones”. Esta pandemia me encontró inmersa en el proyecto “CARE, Cuidar Importa”, una serie de retratos a niños y niñas, jóvenes y personas adultas totalmente dependientes y a quienes les ofrecen acompañamiento y cuidados.

Es la cara de la maternidad que menos gusta. La que más aterra. Es el tipo de maternidad a la que ninguna madre voluntariamente desea asomarse. Es la maternidad de los excluidos, de los invisibles, de los olvidados y sin embargo, una experiencia probablemente aún más transformadora, demandante, inspiradora, visceral, dura y ambivalente que cualquier otra.

“CARE, Cuidar Importa” está siendo posible gracias al apoyo de la Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales 2019. Cuando me seleccionaron nada sabíamos aún del Covid y de sus consecuencias. A partir del confinamiento vivido, es aún más urgente generar redes de apoyo para cuidar de quienes cuidan, para ofrecer apoyo emocional, psicológico, físico y económico a quienes quedan puertas adentro, confinando realidades diversas de las que pocos tienen conciencia y muchos prefieren no conocer.

Llegamos a la vida necesitados de amor y sostén y muy probablemente volveremos a necesitarlos en nuestra última etapa. A lo largo de nuestra existencia, son muchas las veces en las que se hace imprescindible la colaboración del entorno. Los cuidados no son parte de la vulnerabilidad de la vida, los cuidados constituyen la vida, porque es dentro de ese contexto que establecemos las relaciones que nos definen. Lo que cada persona otorga a la sociedad, el valor de cada ser, no está definido por nuestro prestigio o por nuestras capacidades sino por el impacto positivo o negativo que con nuestra mera presencia, causamos en nuestro entorno.

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Ana Álvarez-Errecalde – Podés ver más obra en www.alvarezerrecalde.com @anaalvarezerrecalde (Instagram) y Facebook