Magia/Poesía

Marianela Márquez

Caja Negra

Arrastro cajas que hace varias mudanzas no abro.
En una habitación permanecen los estantes color blanco, que fueron
/verdes.
Se apoyan libros, fotos, postales, lápices, recuerdos.
Cuatro tablas, dos más cortas, cubren toda la pared lateral.
En la última, la más cerca del techo y más lejos de mí,
casi en el medio, yace: la caja negra.
Sobre el perfil blanco la suelo mirar fijo,
como se miran las desilusiones.
Abrirla sería intentar saber cuáles fueron los motivos del desastre,
y mirar lo que estaba tapado esa noche, sería no ver nada.
Me recuerdo feliz, joven, radiante, como una novia.
Estaré ahí dentro, un tesoro para mi heredera.

 

*
Principio

Tomé la pastilla de rescate y fui al parque.
Estiré la cintura, me dio tregua el dolor de cabeza.
En el mismo parque que la hamaqué muy chiquita,
sosteniéndola con miedo a que se escurra por algún espacio,
se me escapaban ahora los recuerdos.
Durante el vaivén supe que volveríamos a la casa
y mi pedido de hablar sería el principio de un final.
Si no vas a reconocer lo que estoy diciendo,
entonces voy a contarte cómo me siento.
Fue lo primero que dije después de sentarnos, mientras ella dormía.
Había fantaseado algunas veces sin poder dormirme:
cómo sería mi vida sola, con ella.
Pero que sucediera hacía de la casa una ruina, y dentro estaba yo,
dándole color a sus mañanas,
invitando a la luz tibia que nos proteja y nos salve.

*
Clara

Se despierta antes que el gallo azul,
como la primera vez que despertó,
con el alba húmeda en la ventana,
y la luz en su capullo-cara, todo por abrirse.
Me besa y dice buenos días.
Moja mis galletitas en su té, y yo como las de ella.
Le corro el pelo amarillo de la boca
con los ojos hundidos en un pastel rosa.
Te amo, y entonces vuelve a besarme.
Pregunta cuestiona presiona llora se ríe baila juega canta gira.
Quiere entender.
Respondo explico bailo me río lloro juego canto y giro.
Quiero ser.
Y en silencio, no hay sentido, ya lo sé.

*
Vos no

No quiero que te vayas
No quiero que trabajes
No te rías
No me mires
No aplaudas
No cantes
No, ahora no
No, ahora
No quiero bañarme
No sos más mi mejor amiga nunca jamás
No me gusta el tomate
No quiero
No, vos no

*
Dos

La mujer se despertó con una boca apoyada en la nuca,
que no la dejó volver a dormirse,
Faltaba poco tiempo para que sonara la alarma.
Resonaron sus preguntas cortas
quieta, bajo el peso de otra forma (que deseaba).
Hizo su trabajo, no volvió a mirar la hora
el día era largo, la noche libre.
Oscuro, caminó sin aliento a buscar el libro,
lo leyó mientras comía parada,
antes de llegar a la casa inundada de pollo en el horno.

La madre fue al acto del colegio
filmó a su niña mientras cantaba
y la besó largo para que durara hasta el día siguiente.
Estiró los brazos, sintió la cintura.
Haciendo el mate pensó
¿de dónde sacaría más cascaritas de naranjas cuando
ya no hubiese naranjas en la casa familiar?
Puso un pollo en el horno para nadie.
Se encontró en un poema de Casas,
apagó el horno.

*
Sube y baja

Hoy vuelan los algodones del palo borracho
se acuesta en la hamaca
horizontal, el pelo casi roza el piso
¿qué pensará?
¿cuánto falta para ser la culpable de todo, antes y después de ser su
/mamá?
Se acuesta en el sube y baja
traba los pies, como tope, con la agarradera para las manos
se multiplican las pecas con el sol en los ojos
aplaude para sacarse la arena.

Los algodones del palo borracho en mi garganta
soy experta en falta de aire
domestico la sensación hábilmente.
Mañana una copita de azahares puro, en ayunas,
con el cuerpo limpio para perfumar las tripas,
para despistar.

 

 

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Poemas/ Marianela Márquez nació en Norberto de la Riestra, Provincia de Buenos Aires en 1979. Vive y trabaja en la Ciudad de Buenos Aires. Es Diseñadora Gráfica (UBA).
Su pasión por toda expresión del arte la lleva a ser una entusiasta colaboradora de artistas en diferentes proyectos.
Asiste actualmente al taller de escritura coordinado por Guadalupe Wernicke.
Madre de Clara, en 2018 decide poner en palabras sus imágenes y publica Diario de cefalea, su primer libro de poesía, editado por Caleta Olivia.

Foto/ Loreley Flores nació en Buenos Aires en 1974. Es diseñadora gráfica de la UBA. Trabaja en su estudio-taller en Palermo como directora de arte para proyectos gráficos y artísticos, y donde desarrolla sus obras en tinta china. Actualmente participa de muestras colectivas en Galería Mar Dulce. Sus trabajos los podés ver en http://cargocollective.com/loreleyflores y https://www.instagram.com/loreleyflores/