Una flecha/Preguntas

Entrevista con Laura Crespi

Como artista versátil que sos, decís en entrevistas que tu producción musical empezó una vez que fuiste madre ¿Qué pensás que te pasó? ¿Qué otros canales se abrieron para vos con la maternidad?
Pasaron muchas cosas. Yo había tenido la intención de hacer canciones infantiles un poco antes de que mi hija naciera. Pensaba que cantar y tocar iba a ser imprescindible para generar una conexión con mi bebé y, ya que estábamos, para “hacer algo”mientras crecía, porque sabía que iba a estar mucho tiempo cooptada por ella, y a la vez también estaba segura de que su llegada y su ser iban a inspirarme. Había perdido mi primer embarazo con mucha tristeza seis meses antes de quedar otra vez embarazada de Clarisa, y eso había intensificado mucho el deseo de ser mamá, así que la felicidad y la inspiración iban en subida. Ya la instancia de tenerla en la panza me parecía algo medio sobrenatural, aunque es evidente que es lo más natural del mundo, no podía no sentirlo como una extrañeza, como algo casi extraterrestre, muy raro. Pero aún cuando nació se generó algo mucho más intenso y más fuerte que me hizo olvidar esa primera intensión “intelectual”, por así decir, de hacer canciones. El nivel de sensibilidad en el que una queda suspendida después del parto es tremendo. Y ahí yo, que nunca había conectado mucho con el mundo animal y nunca había tenido mascotas, entendí por primera vez ese ser animal que somos. La veía en su instancia de “cachorro humano”, tipo El libro de la selva de Kipling, y yo misma sentía mi propio instinto animal increíble y como nunca antes, despertándome con el mínimo ruidito en la noche para protegerla de cualquier cosa que pudiera pasar. Muy intensas todas esas nuevas percepciones así como la completa modificación de la realidad. A veces pienso que esa sensación fue en definitiva lo que hizo de mí una persona fuerte y segura de mí misma, como tampoco nunca antes me había sentido. De hecho siempre había tenido que esforzarme y trabajar para sentirme así. Pero ahí era como que no quedaba opción: iba a tener que hacerme cargo de ella y protegerla para siempre, y eso requería dejar atrás las inseguridades y simplemente disfrutar de lo que se daba, que por suerte se había dado, y sólo me sentía agradecida. Por eso creo que el canal tan fuerte e intenso que se abrió para mí con la maternidad fue básicamente una conexión conmigo misma que me llevó hasta el fondo de todo, y creo que fue así como surgieron todas las canciones de ahí en adelante. Es extraño que eso haya pasado justo cuando una se desdobla, y en realidad la tarea primordial es la de conectar con el otro, que es el bebé. Pero así lo vivía yo. Es decir, de alguna manera sentía que para saber quién era ella y cómo era y cómo iba a ser, antes tenía que saber muy bien quién era yo. A su vez una se retira, por suerte, hacia un segundo plano, y eso trae muchos beneficios al propio ego, y aprende mucho, aprende sin cesar. En pleno puerperio también, y casi sobre el año de ella, tuvimos que separarnos con su papá para poder vivir como cada uno quería vivir, y ahí también esa ruptura abrió un canal tremendo de mucho dolor, que me reconcentró otra vez, y una vez más, hacia mí misma con mucha más intensidad, con lo cual ese dúo mamá-bebé quedó consolidado, y me sentí en adelante bastante equilibrada en un nivel emocional. Por otro lado, al tener más en claro quién era yo y qué quería, fue también más fácil armar nuevos vínculos o detenerlos en los momentos justos, digamos.

También creaste tu propio sello de grabación y una editorial para publicar tus traducciones y libros de poesía. Imagino que siempre fuiste tan activa. La llegada de Clarisa ¿se interpuso de algún modo entre tanta fuerza creadora o la potenció?
La llegada de Clarisa para mí potenció todo y también le dio sentido a todo. A mí me parece que ella me dio la fuerza y el motivo para hacer lo que hago. O al menos así me gusta pensarlo a mí. Si ella no hubiera nacido quizás ahí estaría yo todavía, dudando de todo y aún sintiendo que no sirvo para nada o elucubrando que para qué uno hace lo que hace. Vaya uno a saber. Jajajaja. Me gusta en definitiva saber y sentir que sirvo para hacerla feliz a ella, para que tenga una mamá que se pone las pilas y para aportar a que ella sea una buena persona, que pueda madurar y desarrollar todo su potencial y aprender a valorar, a observar, a pensar, a cuidarse y a ser generosa y divina con los demás.

¿Cómo se articulan en tu vida arte y maternidad? ¿Qué se aportan, cómo se retroalimentan?
Son dos trabajos distintos. Escribir, componer, editar, traducir son actividades que se desarrollan siempre en soledad, salvo quizás algunas de las canciones infantiles que surgían ahí en el juego cotidiano, y que después yo ajustaba estando sola y concentrada en esa idea inicial. Pero en cambio alimentar, mantener, educar, enseñar, poner límites, apagar el despertador y levantarse, generar movidas, agitar opciones y estímulos para una niña, es otro trabajo distinto, obviamente mucho más agotador. Pero los dos implican descubrimiento, aprendizaje y conocimiento, así que también tienen cosas en común, donde la disciplina no es tampoco nunca lo primordial. Supongo que se retroalimentan simplemente en vivir, en disfrutar de la conexión lo más posible, y en tratar de construir siempre algo, nuestro propio mundo y así también nuestra proyección del mundo, con palabras, con juegos, con ideas y con emociones.

¿Cuáles son tus nuevos proyectos?
Está el proyecto de juntarnos con los Children’sCorner* y tratar de hacer un recital antes de que termine el año. Vamos a ver si lo logramos, si no lo dejaremos para marzo-abril. Pero todos tenemos ganas. Queremos sumar gente a la banda, hacer remeras, grabar nuevas canciones que irán saliendo como singles o en algún EP, porque el proyecto de un disco entero es mucho trabajo, y creemos que lo mejor para Children’s es agitarlo en vivo. Lo hicimos el año pasado después de editar el disco. Pasa que ahora el panorama está tan difícil que muchas veces no dan ganas de salir de la propia realidad interior. Veremos. También trabajo en un segundo disco solista, siguiendo la línea de Claridad, claridad, que se va a llamar Viaje hacia el amor. En Cuadernos de traducción estoy terminando de preparar una plaqueta con un poema largo muy hermoso de Henri Michaux que se llama Paz en las fisuras, y también bajo el título Un personaje de Tolstoi Fadel&Fadel me va a editar un pequeño libro de fotos.

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*Children’s Corner un proyecto de poesía y música para niñas y niños de todas las edades. Hace 110 años, en 1906, ese fue el nombre de una suite de seis piezas para piano que el compositor francés Claude Debussy compuso para su hija Emma de cuando tenía tres años. Por amor y admiración hacia su música surge el nombre del proyecto.

Laura Crespi nació en San Fernando en 1973. Publicó Días de Besos (2006), Una onda magnética(2008), Árboles alineados (2010-2015), La vida interior (2010), Invisible Vanidad (antología, 2010), Primavera (2014), Otoño(2016), Les autres sensualités (2016), El poeta laureado (2017) y el ensayo Un blanco móvil. Filosofía, literatura y metáfora (Santiago Arcos, 2009). Edita sus traducciones en la colección de plaquetas artesanales Cuadernos de traducción. Es licenciada en filosofía y docente en el CBC. En 2014 editó un primer disco solista Claridad, claridad y en 2016 La princesa flotante y otras canciones, donde reúne sus canciones infantiles como CHILDREN’S CORNER, que es un proyecto de poesía y música para niñas y niños de todas las edades. http://blancomovildiscos.blogspot.com.ar